Nuestro país, nuestra escuela.
- Karu Galea
- 26 jun 2019
- 2 Min. de lectura
“Al haber ‘vivido un día’, podemos partir y ser merecedores de vivir otro”. W.W.

Antes de iniciar, les comentamos que abrimos esta bitácora para compartir nuestra historia, no para dar explicaciones a preguntas innecesarias y comentarios que, más allá de guiarnos en este camino del aprendizaje, nos desgastan. A partir de aquí, nuestros textos van para quienes quieran leer un poco de nosotros y comprender parte de este camino.
Somos una familia dedicada con pasión a autoeducarse, vamos por nuestro tercer año y en este viaje nos atrevemos a llevar esta autoformación a distintas ciudades de nuestro país, al lado de familias a las que nos integramos temporalmente y créanme que ha sido lo más valioso en estos meses. La integración a distintas familias, cada una con sus propios aprendizajes, cuestionamientos y observaciones sobre lo que emprendemos; pero, además, sobre la vida diaria, los sueños, el futuro y los muchos acontecimientos diarios. Esa aceptación del otro con sus ideas y sueños enriquece mucho nuestros días. A esa educación es a la que apuntamos: al respeto y la libertad de ser uno mismo en distintos espacios y contextos. Diariamente vemos como nuestra sociedad se aleja tanto de su propia humanidad que enseñar a nuestros hijos e hijas la importancia de los lazos parece un objetivo difícil. Formar parte activa de una comunidad es importante y lo vamos aprendimos de nuestros ancestros; nuestras comunidades originarias nos dan luces a través del tiempo de la importancia de cada uno de nosotros, nuestra singularidad, y cómo, debidamente integrada en la comunidad, se hace más sólida y fuerte: un aprendizaje vital venido de nuestras madres y padres.
Por interno, nos han escrito preguntándonos quiénes somos, cómo desarrollamos una estructura de educación en casa, qué busco con esta decisión, etc. Como muchas familias que eligieron la educación en casa, nuestras razones no obedecen a principios religiosos, pues educamos sin imposiciones de ninguna creencia, valorando la historia en todo su amplio espectro, pasando por las diferentes creencias. Nuestro norte viene de la preocupación de brindar los espacios adecuados de aprendizaje integral. Esta decisión conlleva un compromiso muy fuerte y, por ende, puede resultar frustrante para muchas familias sentirse sin un norte; por ello surgen preguntas: cómo hacer, por dónde iniciar; sobre todo sabiendo que uno, sea madre o padre, tuvo que dejar de lado aspiraciones personales para enfocarse en el aprendizaje de sus hijos.
Si me preguntan que buscamos con esta travesía, el desafío es acompañar a nuestros hijos a que este su camino social e individual sea transitado con respeto, amor y mucha responsabilidad de parte de ellos para con los demás y consigo mismo.
*Las fotografías que encontrarás aquí son propiedad de Habitantes y fueron realizada con mucho amor para compartir esta experiencia de aprendizaje; por favor, respeta los derechos de autor.
Comments