A una orquídea
- Karu Galea
- 2 ene 2018
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 6 mar 2019
La poesía alimento y oración.

Una noche Kussy nos preguntó por qué no le enseñábamos una oración para rezar por las noches, ya que había escuchado que sus amigos sabían el «Ángel de la Guarda» y otras que se suele enseñar a los niños y niñas para la hora de dormir. En ese momento, decidimos acompañar su viaje onírico con un poema, que elegimos y le regalamos cada 1 de enero y que la acompaña todo el año. El año anterior fue uno de José María Eguren titulado «Princesita». Grande fue nuestra sorpresa al notar que, un día, cuando se estaba cepillando los dientes, se miraba al espejo y recitaba los versos con una inmensa sonrisa. Así, decidimos que, al iniciar cada año nuevo, le regalaríamos un nuevo poema que acompañe su crecimiento e inquietudes. Este año elegimos a Manuel González Prada y, cuando escuchó por primera vez «A una orquídea», sonrió con sincera felicidad, como quien recibe del universo los versos escritos para ella.
A una orquídea
Cuarzo viviente, colibrí sin alas quimera realizada en una flor, tú del extraño mundo submarino venir pareces a mirar al sol.
Tú no difundes orgulloso aliento ni cálidos efluvios de pasión. En tu fragancia tímida y agreste respiras la modestia y el pudor.
Como poeta mudo y abstraído que en su alma eleva cántico sin voz. Tú soñadora vives, entonando el himno silencioso del color.
Manuel González Prada.
Comentários