Rumbo al bicentenario
- Karu Galea
- 7 feb 2019
- 2 Min. de lectura
De la mano de la Historia y el Arte.

¨Para mí, lo importante es que nos realicemos en lo que es nuestra vocación y nos gusta hacer, no en lo que nos dicen otros. Hay que ser disciplinada y perseverante, no amilanarse ante los problemas, darles solución y tener siempre la actitud y voluntad de lograr nuestros objetivos pero, también, con respeto a los demás; esa debe ser nuestra consigna.¨
Ruth Shady
Cinco años después pudimos retomar ser nuevamente compañeros. Missac se enteró del Seminario de Historia y Arte Peruano y me pidió asistir; temió que por su edad no lo aceptarán, pero se emociono cuando envío la solicitud y no hubo ninguna respuesta en contra.
Desde el viernes 1 de febrero se levanta temprano y alista sus cosas con la diligencia y paciencia que lo caracteriza. Serán cuatro semanas en las que pondrá mucho empeño. Quienes lo conocen saben de su disciplina y constancia. Está emocionado porque es su primer seminario de especialidad y asiste no por seguir y acompañar a mamá, sino porque él así lo desea. Le fascina la Historia, pero tiene un interés muy marcado por la etapa republicana y contemporánea.
Cuando tenía dos años, Missac solía acompañarme a algunos talleres o seminarios, pero estos en su mayoría eran prácticos (sobre técnicas en particular). Su paciencia y capacidad de observación, pero sobre todo calma, siempre llamó la atención de los adultos que no podían tener niños pequeños al lado. Esto me permitió poder llevarlo incluso a algunas clases en la universidad. Años después, entendí que sus singulares características, que lo hacían el compañero "ideal", no eran más que manifestaciones propias de un niño con TEA, mi punto de partida para entender y aprender sobre el autismo y específicamente el síndrome de Asperger.
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